lunes, 17 de diciembre de 2012

SALMOS 137 (17/12/12)

RECUERDOS DEL CAUTIVERIO EN BABILONIA
137 Junto a los ríos de Babilonia,
Nos sentábamos a llorar al acordarnos de Sión.
Sobre los sauces de la ciudad
colgamos nuestras arpas.
Los que nos capturaron, nos pedían que cantáramos.
Nuestros opresores nos pedían estar contentos. Decían:
«¡Canten algunos de sus cánticos de Sión!»
¿Y cómo podríamos cantarle al Señor
en un país extranjero?
Jerusalén,
si acaso llego a olvidarme de ti,
¡que la mano derecha se me tulla!
Jerusalén,
¡que la lengua se me pegue al paladar,
si acaso no llego a recordarte
ni te pongo por encima de mis alegrías!
Señor, recuerda lo que decían los edomitas
el día que Jerusalén fue destruida:
«¡Arrásenla, destrúyanla hasta sus cimientos!»
¡También tú, Babilonia, serás arrasada!
¡Dichoso el que te dé tu merecido
por todo el mal que nos hiciste!
¡Dichoso el que agarre a tus niños
y los estrelle contra las rocas!