1- Reconozca y disfrute la presencia del Maestro en su vida. (Sal. 18:2). Mantenga su comunión diaria con Él, hablando por medio de la oración y escuchándole por medio de la Biblia.
— Él es nuestra Vida. (Col. 3:4)
— Él es nuestra Seguridad. (Ro. 8:38,39)
— Él es nuestro Proveedor. (Fil. 4:19)
— Él es nuestro Protector. (Is. 41:10)
2- Vea las situaciones que le producen ansiedad como oportunidades para desarrollar su confianza y madurez. (Fil. 1:6)
3- Confíe en el Señor y Su dirección, aunque las cosas no salgan como usted esperaba.
4- Comprométase a hacer lo siguiente cada día.
— Procure vivir en el presente — no en el pasado, ni en el futuro. (Stg 4:13–15)
— Pida a Dios que le dirija a realizar una buena obra (Mt 7:12).
— Piense como ser de bendición a otros con su tiempo, vida y dinero (Fil 2:21)
5- Procure liberarse de todo cuanto le impide hacer la voluntad de Dios. (Mr. 4:19). Si no está haciendo la Voluntad de Dios:
— Admita que ha pecado y ha hecho las cosas a su manera. (Sal 51:4)
— Entregue a Cristo el control de su vida, permita que Dios le guíe y hágale Señor de su vida (Mr. 8:34–36).